En las cumbres
del Montgo, desde donde se contempla un imponente paisaje, crecen el coscojar y el
cantuesar. El coscojar está constituido por grandes
arbustos como la coscoja (Quercus
coccifera), el lentisco (Pistacia lentiscus), el aladierno (Rhamnus alaternus), etc.; y el
romeral de esplieto dentado por el romero (Rosmarinus afficinales), el brezo (Erica
multiflora), la aliaga (Ulex parviflorus), el cantueso rizado (Lavandula dentata), entre
ellos. Estas comunidades sustituyen al carrascal, comunidad con un estrato arbóreo
dominado por la carrasca (Quercus ilex ssp. rotundifolia), de cuya presencia únicamente
queda constancia en las áreas más recogidas y con suelos profundos.En los acantilados del Cabo de San Antonio se desarrollan
comunidades caracterizadas por plantas adaptadas a vivir en fisuras, grietas y rellanos
del acantilado, y a soportar en mayor o menor grado la salinidad asociada a la salpicadura
del agua del mar. En la banda más próxima al mar, donde la influencia de la sal
procedente de la salpicadura del oleaje es más patente, se desarrolla la comunidad del
hinojo ma-rino (Crithmum maritimum) y la siempreviva (Helichrysum decumbens). Conforme nos
alejamos del mar y la salinidad va disminuyendo, aparece la comunidad de la violeta
roquera valenciana (Hippocrepis valentina), y la escabiosa rupestre (Scabiosa saxatilis)
cuando la inclinación es muy acentuada.
En las zonas con menor pendiente crecen interesantes
endemismos diánicos (el nombre de Denia viene del culto a la diosa Diana) como la violeta
roquera valenciana, y diánico-pitíusicos (en referencia al cercano archipiélago de las
Pitiusas) como el Carduncellus dianius y la Centaurea rouyi.
También en les Planes como en las laderas crecen el
coscojar y el cantuesar, pero entremezclados con repoblaciones de pino carrasco (Pinus
halepensis) y cultivos de secano.
Los acantilados de la umbría presentan unas condiciones
de humedad elevada, el aislamiento y la inaccesibilidad que permiten el crecimiento de
numerosos endemismos como la violeta roquera valenciana, la escabiosa rupestre, la
Sanguisorba ancistroides o la Sarcocapnos saetabensis. En rellanos de mayor superficie se
desarrolla la comunidad de sabina negra (Juniperus phoe-nicea) y de palmito (Chamaerops
humilis). En las cingleras de la solana se sitúan comunidades que se componen de especies
adaptadas a la escasa humedad ambiental, la elevada insolación y las altas temperaturas,
como es la comunidad de Chaenorrhinum crassifolium y Teucrium hifacense.